La derrota en la guerra de las Malvinas, en 1982, permite que Argentina retorne a la democracia. Hasta ese momento, el país se encontraba bajo la dictadura militar que había depuesto a la presidenta María Estela Martínez de Perón, en marzo de 1976. Argentina perteneció primero a la esfera de influencia inglesa y después a la norteamericana, situación que durante la guerra fría trajo consigo la lucha anti insurgente y la doctrina de seguridad nacional, mezclándose con la persecución a los partidarios del general Juan Domingo Perón. La intensa relación comercial del régimen de las Fuerzas Armadas con la Unión Soviética, no alteró su pertenencia al bloque occidental, hasta que el intento de los militares por recuperar las Malvinas recibió el rechazo del sistema de seguridad hemisférica, pues Washington prefirió al Reino Unido como su aliado estratégico. En este contexto, la nueva administración democrática del presidente Raúl Alfonsín, planteó una reinserción internacional desde la autonomía y el no alineamiento, política que fracasó debido a la imposibilidad de conseguir mejores condiciones para pagar la deuda externa y a que en la fase final de la guerra fría, el bloque socialista dejó de ser un factor de equilibrio del poder mundial.
The defeat in the Falklands War in 1982 allows Argentina to return to democracy. Until then, the country was under the military dictatorship that had deposed President Maria Estela Martinez de Peron in March 1976. Argentina belonged first to the British sphere of influence and then to the U.S. situation during the Cold War brought anti insurgent struggle with it and the Doctrine of national Security, mingling with the persecution of supporters of Gen. Juan Domingo Peron. The intense trade relationship the military regime in the Soviet Union did not alter the Western bloc membership until the military attempt to recover the Malvinas received rejection hemispheric security system, since Washington chose the UK as its strategic ally.
In this context, the new democratic administration of President Raúl Alfonsín raised an international reintegration from autonomy and the non-alignment policy that failed due to the inability to secure better terms to repay foreign debt and in the final phase of the war cold, the socialist bloc ceased to be a factor of balance of world power.