Angel Ramón del Río Aldaz
Como en toda guerra, las brutalidades del Trienio liberal fueron debidas a la lógica militar. Los realistas sólo tenían pequeñas partidas y no controlaban territorios, por lo que debían fusilar a los prisioneros liberales y extraer por la fuerza suministros de los pueblos. Y el ejército regular liberal, al no poder atraer a los realistas a campo abierto, debía impedir su avituallamiento consiguiendo que el terror de los pueblos a sus castigos fuera superior al terror a los castigos realistas.