En contraposición a una opinión muy generalizada de un País Vasco tradicionalmente despreocupado por la enseñanza, la documentación pone de relieve que tanto las instituciones como los particulares demostraron un profundo interés para que la enseñanza básica se impartiese a la mayor cantidad de población juvenil posible. Esta preocupación se extiende también a la enseñanza media y a la universitaria, destinadas a prosperar en el mundo de la administración estatal y a contar con defensores válidos de los importantes intereses mercantiles vascos.