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El extremismo islámico ha sido objeto de intenso escrutinio global desde septiembre de 2001. Muchos Estados han respondido al desafío del terrorismo islámico con una estrategia antiterrorista común. Tal estrategia incluye políticas genéricas anti violencia que conscientemente evitaron mención alguna del Islam; políticas represivas dirigidas explícitamente contra extremistas musulmanes y políticas que persiguen la integración de los musulmanes tanto mediante métodos blandos como mediante métodos persuasivos. El artículo explora estas políticas en el Reino Unido.
Islamist extremism has been the focus of intensive global scrutiny since September 2001. Many states have responded to the challenge of Islamic terrorism with a common anti terrorist strategy. Those policies include generic anti violence policies that consciously avoided to mention Islam; repressive policies that explicitly target Muslims extremists and policies that seek to integrate Muslims by soft or compelling methods. The article explores these policies in Britain.
