Luis Martínez Andrade
Durante la década de los años noventa del siglo pasado, la teología de la liberación cultivó terrenos otrora poco explorados. En ese sentido, dicha corriente enriqueció sus planteamientos abriéndose a las cuestiones de género, de raza y, por supuesto, a las de la naturaleza. El “pobre” dejó de ser una categoría asexuada y abstracta. Si bien la teología de la liberación fue criticada por haber abandonado su interés central, es decir, a los pobres, por nuestra parte, pensamos que dichas criticas no son convincentes. Al respecto, abordaremos brevemente la “transformación de paradigma” de uno de los principales representantes de esta corriente teológica: Leonardo Boff.