Este trabajo intenta mostrar el recorrido que "Ana" realiza en espacios ofrecidos por Terapia Ocupacional que se abren a partir de escuchar un pedido de hacer que insiste.
Ana está internada en un hospital monovalente hace 6 meses. No realizó salidas y dice que está allí por un complot de sus hermanas y cuñados del cual el hospital y los médicos forman parte. Se comienzan a desplegar la confianza en su equipo tratante, una circulación posible, intercambios, aprender y enseñar, un lugar público y otro privado, un propio hacer.
Espacios que Ana nombra como El Taller. Nombre enlazado a su historia y a una subjetividad posible que deviene tomando distancia de aquello que la deja en el encierro del manicomio como único lugar donde estar y ser. Se ubica, por último, a El Taller como aquel lugar que puede alojarla en un Hospital de Día tras su alta.