Pensar la política en términos de �verdad� supone en muchos casos la postulación de criterios normativos trascendentes al campo social, incluso en concepciones más complejas de la �verdad� como �desocultamiento�. Si la tentativa �foucaultiana� de pensar tanto una política de la verdad como una verdad de la política remite a un cierto concepto de poder, habría que buscar otra concepción de la política que dé cuenta del campo social en términos de sus componentes múltiples. Esta posibilidad la encontramos a partir del concepto deleuzeano de deseo, con el que pretendemos esbozar los rasgos de una política del deseo, aplicable tanto a nivel molecular como a nivel molar así como en relación a la oposición entre �verdad� y �falsedad�. Una política del deseo procede en términos de composición de relaciones que se establecen entre fuerzas (reaccionarias/ revolucionarias) de un agenciamiento concreto.