En este artículo se intenta mostrar cómo la idea de tensión entre estética y política puede dar cabida a otros modos y manifestaciones que no se agencian siempre desde instancias o discursos racionales (instituciones burocráticas estatales, académicas, partidos, etc).
De ahí, la importancia de acudir a grupos musicales como Chocquibtown como expresiones de la diáspora que no configuran una comunidad consensual, sino una comunidad política que se constituí a través de escenas del disenso. Las mezclas de las músicas tradicionales del pacífico con el rap hechas por esos grupos evidencian una expresión estética singular que aparece como tematización de un "daño" ante un cuadro de consenso, de marginalización y exclusión, de negación de aquellos que representaron obstáculos para la consolidación del proyecto racional ilustrado y su forma moderna de organización política
The aim of this article is to show how the idea of tension between aesthetics and politics may allow new ways and manifestations that do not come to the fore from rational discourses. Musical colombian groups like Chocquibtown represent and perform that tension through a Diaspora music that mixtures the folk music of the Pacific with rap. They do not form a consensual community, but a political community that is constituted through scenes of dissensus. The musical fusion made by those groups demonstrates a singular aesthetic expression that turns "a damage" into the main focus of their discourse. They propose a context of consensus despite historical marginalization, exclusion and negation of those that have been seen as obstacles for the consolidation of the illustrated rational project and their modern form of political organization