Olivier Razac
En la era de las cámaras de videovigilancia, de la identificación biométrica o incluso del mobiliario urbano disuasorio, se podría pensar que la alambrada de púas ha quedado obsoleta. Sin embargo, sigue utilizándose abundantemente por todo el mundo, aunque, en Occidente, donde permanece asociada a los campos de concentración, está reservada a usos muy restringidos. Al inventariar sus múltiples empleos o sus sustitutivos nos encontramos con ricas enseñanzas.