En casi 25 años la educación chilena ha hecho importantes progresos en cuanto al acceso y permanencia de niños, niñas y jóvenes en el sistema escolar, y también ha logrado avances en la calidad de su enseñanza. Estos logros podrían proyectarse sólidamente hacia el futuro si en materia de políticas hacia los docentes, se hubiera desplegado una acción sistemática y coherente