Estructurada en tres partes, la primera apelando a la emoción, la segunda mostrando los soportes que se integran en la compañía y la tercera orientada a la venta de acciones, esta campaña sienta las bases "del antes y el después de las campañas de OPVS". Es la primera que, en lugar de aparecer con los fríos y espectaculares datos numéricos de la empresa, se lanza con un fuerte compromiso ético que se convierte en el vínculo emcional con el público. Imágenes lentas y mágicas para presentar al Grupo Recoletos, ya que hasta ahora eran de sobra conocidos sus soportes de comunicación, pero no quién estaba detrás de ellos