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Francisco A. Pellegrino
Francisco Pellegrino inicia su reflexión haciendo un repaso sobre las dos principales opiniones que sobre la investigación se han esgrimido. Por una parte están aquellos que opinan que la investigación debe seguir unida a las universidades, asumiendo por lo tanto que los profesores universitarios deben, además de impartir clases, trabajar en alguna línea de investigación. Por otra parte, otros opinan que en una sociedad moderna la investigación debe ir separada de la docencia, y deben existir organismos especializados para fines investigativos. En esta diatriba se inscribe la comunicación, que en muchos casos lleva encima el equipaje de prejuicios de algunos cientificos de las llamadas ciencias duras o de las otras áreas humanísticas, que se niegan a considerar a la comunicación como una ciencia y siguen calificándola como un mero campo de estudio.
