Xavier Timbau
Europa está atrapada en el círculo vicioso de la austeridad. Después de la crisis financiera y el pánico en la zona euro, la reducción de las deudas públicas se ha impuesto como una necesidad urgente. Por un lado, la dureza de las sanciones -potenciales o reales- aplicadas por los mercados a los países que no realicen los esfuerzos considerados necesarios, no parecen dejar muchas otras alternativas. Pero, por otro, la realidad económica de los multiplicadores fiscales hace imposible la rápida absorción de las deudas públicas. Por lo tanto, solo hay una solución para salir de esta: Más Europa, para darle al continente la necesaria credibilidad política que le permita escalonar en el tiempo su ajuste fiscal sin provocar el pánico.