Los países de la Unión Europea deben aunar esfuerzos para luchar contra el fraude y la evasión fiscal, tal como reclaman de forma mayoritaria los ciudadanos europeos. Es necesario que la Unión Europea se dote de una legislación fiscal que termine con la competencia fiscal dentro de la propia Unión Europea, además de terminar con los paraísos fiscales que permiten a las empresas y a las personas con grandes patrimonios escapar a los impuestos, aprovechando los fallos de la legislación fiscal internacional (evasión fiscal) u ocultando a las autoridades fiscales de sus países de residencia determinados ingresos o patrimonios (fraude fiscal).