La monarquía parlamentaria es la forma política del Estado de España, siendo la democracia su fundamento básico. Pero la monarquía existe por tolerancia de la democracia que hace una excepción al principio de igualdad, y la española se legitimó por su actuación a lo largo de la Transición democrática. El Rey está obligado, como cualquier ciudadano español, al cumplimiento del espíritu y la letra de la Constitución de 1978, y los responsables deben velar para que la imagen pública de la monarquía responda a su inspiración democrática y no a proyectos tradicionalistas desfasados.