El objetivo de la política económica busca mejorar la eficacia en el uso de los factores de producción, para aumentar el crecimiento económico. Pero, desde una óptica progresista hay que añadir el objetivo de la equidad, buscando una redistribución de la riqueza más justa. El Estado tiene en su mano poder conseguir este objetivo aplicando una política tributaria y fiscal más justa y coherente con un modelo de crecimiento que aspire a garantizar la cohesión social.