Las políticas de empleo pueden ser activas, cuando tienen el objetivo directo de crear empleo y reducir el paro, y pasivas, cuando se articulan medidas de prestaciones por desempleo. España tiene un déficit en ambas, si se le compara con la media de la Unión Europea, dedicando muy pocos recursos a los servicios públicos de empleo, al INEM y los organismos correspondientes de las Comunidades Autónomas que tienen transferidas esas competencias.