En el sector cinematográfico, como en todos los sectores, las mujeres árabes deben enfrentarse a una doble censura, la del régimen en primer lugar y la de los hombres después. De todos modos, desde del primer largometraje femenino de Aziza Amir hasta ahora, las cineastas árabes han sabido liberarse de estos límites haciendo del espacio cinematográfico un espacio de revuelta femenina.