El ralentizamiento económico y alto desempleo existente en la Unión Europea no se deben a un supuestamente hipertrofiado Estado del Bienestar, sino a las políticas neoliberales institucionalizadas en la Unión Europea, que incluyen unos intereses bancarios excesivamente altos y una austeridad del gasto público, exigida por el Pacto de Estabilidad.