La riqueza creativa del cine español actual, y su brillantez narrativa e interpretativa, hace que pueda competir con el cine de Hollywood, situando a varias películas españolas entre las diez primeras de taquilla de forma sistemática. Pero además, el fenómeno es doblemente destacable, si tenemos en cuenta la ausencia de política gubernamental de apoyo al cine español y la crisis de producción que se arrastra desde hace años.