El derecho a la vivienda debe ampliarse al derecho a la ciudad. Es necesario hablar de una política de creación de ciudad y de vida urbana que trascienda la mera producción de viviendas baratas. El derecho a la ciudad supone la reconstrucción del ejercicio de la ciudadanía y la reivindicación del ejercicio de la política, para entender la habitabilidad de la ciudad más allá de la mera urbanización.