El año 2003 se inicia con una perspectiva, tanto nacional como internacional, bastante negra. En España, el PP persiste en su actitud de no reconocer sus errores en el caso del "Prestige" y se encuentra desnortado y carente de ideas, pretendiendo disimular el vértigo al vacío a base de propuestas autoritarias y de escaso contenido (como el aumento de penas a los etarras), e intentando seducir a las clases acomodadas y medias altas con rebajas de impuestos. En el ámbito internacional Estados Unidos agita las banderas de guerra en Irak, lo que no augura nada bueno para la estabilidad política y económica del mundo y proyecta un futuro bastante oscuro.