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José Luis Serrano González de Murillo 
, Isaac Merino Jara
La regularización tributaria que exime de responsabilidad penal, introducida en 1995, había ido recibiendo mejoras jurisprudenciales que aumentaban su operatividad, como la relativa a la exigencia del pago del tributo; pero aun así no parecía cumplir el deseado efecto motivador sobre el contribuyente remiso. La reforma del CP de 2012 se ha propuesto dar mayor seguridad frente a la persecución penal, sin cambiar en realidad nada a este respecto, pero dando pie, en cambio, a una interpretación de la regularización como elemento negativo del tipo. Esta concepción comportaría la absurda consecuencia de cerrar el paso al despliegue de la prescripción. Por ello resulta más razonable mantener la posibilidad de su naturaleza de causa de alzamiento de la pena. Asimismo, se critica que, en aras de aumentar la eficacia recaudatoria, con frecuencia se abran nuevos cauces de regularización que compitan ventajosamente con el ordinario.
