En el primer cuatrimestre de 2012 los teléfonos inteligentes representaban un 60,8% de los teléfonos móviles utilizados en España. Pese a la mayor conciencia de los usuarios de la necesidad de proteger estos dispositivos siguen dándose casos de intrusiones ilegales para conseguir información personal, intentos de fraude y otros problemas que ponen en peligro la privacidad.