Sergéi Eisenstein, en su película El acorazado Potemkin, rodó la célebre escena de la masacre de civiles por parte de los soldados zaristas en una escalinata monumental. Al oeste, no son tan conocidos la fantasía y el encanto particulares de Odesa, gran puerto del mar Negro, plataforma comercial y petrolera de Ucrania. Irena Wiszniewska, narradora polaca, inventora de una estratagema ideal para explorar el alma de los individuos y los pueblos, sucumbió a su hechizo.