Mientras que la presencia militar en Afganistán se vuelve impopular, el Ejército francés intenta persuadir a la opinión pública de la pertinencia de su costosa misión, a la vez que trata de atraer a nuevos reclutas. El antiguo "Gran Mudo" es ahora un ardoroso comunicador. A riesgo de que algunas veces pierda el control de la información.