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En Francia, el reinicio de la temporada política se vislumbra agitado. El 7 de septiembre, los sindicatos organizan una manifestación nacional contra el proyecto de reforma del sistema de pensiones. Un proyecto que la opinión pública considera profundamente injusto. La crisis social se combina con la crisis moral creada por la revelación de los vínculos existentes entre la élite política en el poder y el mundo del dinero. Nicolas Sarkozy, dispuesto a disputar un nuevo mandato de presidente de la República en 2012, retoma los temas de la extrema derecha para intentar ganarse a sus electores.
