Los niños son siempre las víctimas inocentes de todas las guerras. Actores �menores� de unas situaciones que no comprenden, rara vez son considerados como verdaderos protagonistas de los acontecimientos históricos en los que toman parte. El objetivo de este artículo es precisamente una aproximación al éxodo a Francia y Bélgica de 26.000 niños vascos en 1937, como consecuencia de los bombardeos del País Vasco por los aviones alemanes de la �Legión Cóndor�.
El trabajo se ocupa del proceso de organización de las evacuaciones por parte del Gobierno Vasco, y analiza las diferentes instituciones y organismos implicados en la acogida de estos niños en ambos países, destacando la gran solidaridad despertada entre las familias que adoptaron de forma temporal a una parte importante de estos niños. El artículo, que incluye diversos relatos de los propios protagonistas, se cierra con unos breves apuntes sobre lo que supuso para estos niños el retorno a su casa en 1939 y sobre la importancia de esta experiencia infantil en su vida posterior.