La crisis económico-financiera iniciada en Asia en 1997 y que estalló este año en nuestra región con la devaluación brasileña, apenas presenta sintomas de replegarse. Sin embargo, sostiene el autor, con respecto a la Argentina no hay que ser pesimista ni optimista ya que, pese a la gravedad de la situación, se encuentran intactos los factores que permiten un crecimiento económico sostenido.