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Elisa Mª Isábal Ordóñez, Javier Casado Román
La sociedad actual se caracteriza, cada vez con más frecuencia, por la interrelación de personas de distintas nacionalidades. Esta situación provoca diversas consecuencias dentro del ámbito jurídico de la Unión Europea, al ser necesario que exista una norma que regule la ley aplicable a los procesos de separación y divorcio que tengan lugar dentro de las fronteras comunitarias. En el presente artículo analizaremos las principales características del Reglamento 1259/CE/2010 y las consecuencias jurídicas que pueden derivarse de esta norma. La situación de globalización actual origina, cada vez con más frecuencia, un importante volumen de procedimientos judiciales transfronterizos. La existencia de un elemento «extranjero» en las relaciones jurídicas origina un nuevo planteamiento en la determinación de las leyes aplicables y la determinación de la competencia para conocer esta clase de procedimientos. Desde la Unión Europea se ha intentado favorecer la cooperación jurídica entre los Estados miembros, articulando los instrumentos judiciales necesarios para que la cooperación sea una realidad. Existen diversas normas comunitarias, tanto en el ámbito civil, como en el penal, encaminadas a conseguir la plena efectividad de las actuaciones judiciales en las fronteras comunitarias. Nos encontramos en un momento histórico clave para que la cooperación jurídica internacional se convierta en una realidad. Los Estados están invirtiendo toda clase de recursos encaminados a favorecer la cooperación, creando redes internas de colaboración y facilitando la integración con las normas comunitarias. La formación se convierte en el elemento clave en materia de cooperación: los operadores jurídicos necesitan tener los conocimientos adecuados para hacer frente a las situaciones que, día a día, se originan en la sociedad. Es necesario que los Estados favorezcan la formación y la participación en este ámbito, estableciendo las políticas necesarias para poder hacer efectiva la cooperación. Sin estas políticas, el futuro de la Unión está abocado al fracaso.
