En este artículo se realiza un análisis de los retos que el proyecto de Unión Europea tiene planteados en el horizonte del siglo XXI, referidos al crecimiento y el empleo; la competitividad; el envejecimiento y la inmigración; las ampliaciones y la cohesión interna. En este contexto se analizan los requisitos impuestos por el Programa de Convergencia para la Unión Monetaria, los cuales sólo podrán ser cumplidos por las sólidas economías del centro de Europa, desplazando el centro de gravedad hacia el Norte y el Este europeos en perjuicio de las economías mediterráneas y atlánticas del Sur. Se analizan a continuación las iniciativas comunitarias para alcanzar la cohesión económica y social (INTERREG, por ejemplo) y de cooperación transfronteriza; así como los problemas específicos a los que se enfrentan las regiones fronterizas y periféricas vinculados al creciente papel de la globalización económica. Finaliza el artículo con una serie de reflexiones acerca de caso gallego, región que se encuentra en una fase decisiva de su historia dadas sus características de fragilidad, vulnerabilidad y escasa flexibilidad en el ámbito regional europeo.