Ruth Carenzo de Gebhart
Se hace necesario un replanteo de las políticas educativas de nuestros países, que debe iniciarse desde la noción de sujetos pedagógicos (docentes y alumnos) en las nuevas formaciones sociales, culturales y políticas del fin del anterior y principios del nuevo siglo y que conduce a reconsiderar el papel del Estado en la educación pública, dentro del marco de nuevas políticas.
El papel que actualmente desempeñan los Estados nacionales debe ser redefinido a la luz de los desafíos que se presentan tanto para la democracia como para la educación.
A partir del análisis documental comparativo se desarrolla un diagnóstico de la evolución de la educación superior en las últimas décadas y de cuáles serían los tópicos principales a afrontar de cara a la educación en la presente centuria.
El período de cien años que dejamos atrás ha sido llamado «el siglo de la educación»: enormes recursos públicos se han invertido posibilitando la extensión de la escolaridad obligatoria. Sin embargo, las políticas neoliberales en la década del 90 próximo pasada priorizaron la retención escolar en la educación básica y generaron una crisis en el resto de los niveles.
Podemos afirmar que no hay posibilidades de avance social sin mayores y mejores niveles de educación, por lo que esta puede considerarse una inversión de gran rentabilidad individual y social, generadora de personas con mayores niveles de tolerancia social y convivialidad. En síntesis:
a mayor educación, mejor sociedad, compuesta por individuos más plenos, responsables y productivos.