Los jóvenes españoles tienen muy limitado el acceso a una vivienda digna. Por no decir imposible. El "boom" inmobiliario de los últimos diez años disparó los precios de los inmuebles, convirtiendo la vivienda en un artículo de lujo. Este hecho, unido a la fragilidad laboral y la precariedad en el empleo que experimentan los jóvenes, contribuye a acentuar los problemas de emancipación que tienen actualmente las nuevas generaciones.