Las fuentes literarias latinas ocupan un lugar tan importante como necesario para el estudio del Derecho romano. Ahora bien, no todas tienen el mismo grado de fiabilidad. Esta depende principalmente de dos aspectos, uno subjetivo: la educación jurídica que haya recibido el autor, y otro, objetivo: los géneros literarios ya que cada uno de estos géneros posee unas características propias: estructurales, temáticas y léxicas.