Unidad, modernidad y agilidad son los tres pilares sobre los que descansa la nueva Ley Reguladora de la Jurisdicción Social. La concentración en el orden social del conocimiento de todas aquellas materias que, de forma directa o accesoria, pueden calificarse como sociales, la incardinación de esta norma dentro del Plan Estratégico de Modernización del Sistema de la Justicia (2009-2012) y la agilización de la tramitación procesal mediante el refuerzo de la conciliación extrajudicial, la mediación, el arbitraje y la racionalización de los recursos son buena muestra de los objetivos que persigue la Ley 36/2011.