Habitualmente se asume que ser ambientalista es defender el bien de todo y de todos. Sin embargo, en este artículo, mostraré como la defensa holística del bien de todo implica desconsiderar el sufrimiento y la muerte de una gran parte de los individuos no humanos en la naturaleza, cuando está en juego el equilibrio de los ecosistemas o la preservación de la biodiversidad. Defenderé que debemos, desde un punto de vista anti-especista, rechazar el ambientalismo y defender los intereses de los animales en la naturaleza, evitando las intervenciones ecológicas perjudiciales para estos e interviniendo en los procesos naturales de formas que puedan resultar beneficiosas para los mismos, incluso cuando hacerlo suponga ir contra la conservación del equilibrio natural o de la biodiversidad, tal como acontece con los seres humanos. Ello significa que si estamos a favor del bien de todo no podemos estar, consistentemente, a favor del bien de todos y que si defendemos � como debemos defender � el bien de todos (liberacionismo animal) no podemos estar comprometidos con el bien de todo (ambientalismo).