Manuel Muela Martín-Buitrago
La Unión Monetaria está siendo pulverizada por un vendaval financiero que está deprimiendo las economías nacionales y erosionando las instituciones democráticas europeas. Los mercados dictan las políticas a seguir, exigiendo a los Gobiernos europeos medidas injustas para los ciudadanos y políticas de retroceso en lo social que, de continuar por este camino, terminarán con la propia idiosincrasia de la Unión Europea. Pero la historia enseña que los pueblos se rebelan antes o después contra lo que consideran que se encuentra en el origen de sus desgracias. En Europa no se puede tolerar más este ir y venir de Gobiernos, el colapso de las instituciones y la actuación descarnada de unos mercados, que se han convertido en una bomba de relojería que amenaza la supervivencia de la democracia.