La pobreza no es un estado fijo, estático, cuantitativo y absolulto ni un simple estado de escasez. Por el contrario, es un proceso dinámico y estigmatizante, que se produce como consecuencia de un déficit en la constitución de la ciudadanía. La actual sociedad neoliberal ha fragmentado los sujetos sociales, individualizando la cohesión social básica y rompiendo las bases de la participación distributiva.