La gula y la educación de los sentidos se inscriben en prácticas corporales que la escuela de finales el siglo XIX reguló desde preceptos católicos que se ocuparon de la educación moral de la población. Los discursos sobre la alimentación y la urgencia de controlarla fueron escritos, apropiados y puestos a circular por médicos, biólogos, pedagogos y curas que hicieron de estos saberes, la vía expedita para entrar a la modernidad. El artículo explora las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX desde documentos de prensa, revistas de variedades y publicaciones especializadas en el campo educativo y pedagógico que muestran regularidades en las prácticas de la alimentación infantil en la escuela.