A través de una serie de iniciativas estratégicamente coordinadas, Harley-Davidson fue capaz de revolucionar su oferta de productos y forjarse una nueva identidad, en la industria del estilo de vida. En el proceso, revitalizó su visión y reorientó sus energías, mejorando la calidad, la productividad y las relaciones con los empleados. Extendió su marca a negocios afines y se convirtió en líder de la industria. Al perseguir una visión que entusiasmó a clientes y empleados, volvió a establecerse como una de las compañías más dinámicas de los Estados Unidos. El caso Harley-Davidson sirve para comprobar que, cuando la visualización se emplea como herramienta estratégica para liberarse de las limitaciones del pasado, puede ser fuente de un cambio transformador.