Los maltratos a menores no pueden ocultarse, a pretexto de proteger la intimidad de estos, muy especialmente, si persisten o pueden reproducirse las circunstancias en que se produjeron aquéllos, o, cuando las conductas, en su caso penales, exigen la denuncia y la persecución correspondiente. La noticia sobre estos hechos tienen, sin duda, un interés público relevante.