Gregorio Plaza González
Los perfiles aún poco definidos de la negativa al tratamiento médico, comprensiva de las situaciones de rechazo o interrupción del mismo, han dado lugar a una progresiva absolutización de este derecho. De este modo, en situaciones de riesgo vital, se elude efectuar la necesaria ponderación entre los principios en conflicto para consagrar una absoluta prevalencia de la autonomía del individuo, aunque esté en juego su vida. Es necesario realizar un esfuerzo para establecer esos límites, evitando la incorrecta configuración de la negativa al tratamiento �o de cualquier derecho� como derecho absoluto, así como confundirlo con el reconocimiento de un ámbito de disposición de la propia vida.