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Peter C. Cairo, David L. Dotlich, Stephen H. Rhinesmith
Con los actuales niveles de incertidumbre, tratar de predecir el futuro es inútil, pero ignorarlo es suicida. Ser CEO es como jugar a la ruleta con dinero suficiente para una sola apuesta. Las consecuencias pueden ser catastróficas cuando se apuesta todo a la aprobación de un alimento o un medicamento, la capacidad de la próxima generación de una tecnología, o la respuesta de los consumidores ante un nuevo producto. ¿Quién hubiera pensado, después del estallido de la burbija puntocom, que una burbuja inmobiliaria haría tambalear el sistema financiero global? ¿Quién hubiera imaginado un barril de petróleo a US$ 100?. La primera decisión en la gestión de prioridades y el manejo de la incertidumbre, indican los autores, es determinar a qué le prestaremos atención. El desafío es examinar el futuro incierto con la mentalidad de un aprendiz, y conservar la flexibilidad.
