Florencio Hubeñak
Transcurrida la primera década del siglo XXI y atento al aporte que nuestra Universidad en la formación de sus futuros egresados puede dar a la sociedad, siempre es oportuno reflexionar sobre “el intelectual y la política” y, especialmente, sobre cuál es el papel que le cabe al pensador católico de hoy en medio de la compleja crisis que nos toca vivir