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Ángeles González-Sinde Reig
Las ideas pueden caducar con facilidad, porque deben adaptarse a nuevas realidades. No pasa lo mismo con los principios, que no caducan y que son sobre los que se asientan las ideas. Los principios éticos no tienen que ver con las tecnologías o con los nuevos usos de consumo, sino con la concepción misma de la democracia y de la justicia. Desde esta perspectiva, en el ámbito cultural hay principios que son irrenunciables. Fundamentalmente dos: la defensa de la propiedad intelectual y la preservación de la diversidad cultural. Estos principios no deben ser sometidos a mercadeo electoral ni a cálculos de rentabilidad política.
