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Ricard González Samaranch
Los cambios en el mundo árabe exigen una nueva relación con EE UU. Pese a la cautela, Obama ya ha modificado el enfoque y las prioridades. El gran objetivo es activar el proceso de paz.
Durante décadas, el mundo árabe pareció una región anclada en el pasado. Aislado de los vientos de libertad que soplaron tras la caída del muro de Berlín, y ajeno a la �tercera ola de democratización� descrita por Samuel Huntington, sus presidentes y reyes parecían capaces de eternizarse en el poder sin mayores sobresaltos. Sin embargo, esta realidad ha cambiado de un plumazo desde principios de 2011, y la región ha entrado en un periodo de aceleración histórica.
En tres meses, se han experimentado más cambios que en tres décadas. Dada su importancia geoestratégica, ello ha representado un reto para todos los actores internacionales, pero muy especialmente para Estados Unidos, la potencia hegemónica en la zona...
