El artículo analiza el debate arquitectónico desarrollado en Barcelona en los últimos años de vigencia del régimen franquista, intentando evidenciar las posiciones defendidas por los diferentes protagonistas y sus relaciones con las cuestiones afrontadas en el panorama internacional. Asimismo, se tiene en cuenta que en este contexto cualquier reivindicación cultural se convertía inevitablemente en contestación de lo existente.