El accidente de la central nuclear de Fukushima ha desatado un debate sobre la seguridad de la tecnología de las centrales nucleares. Lejos de adoptar posturas dogmáticas, se impone la reflexión y el análisis riguroso de los datos recogidos para asegurar unos estándares de seguridad que permitan mantener las ventajas que ofrece la tecnología nuclear para la gereración de energía eléctrica. Este accidente obligará a desarrollar nuevos criterios.