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Pilar Estébanez Estébanez
Ha transcurrido un año desde el terremoto que destruyó Haití y el país continúa sepultado bajo los escombros. La magnitud de la catástrofe se multiplica en un país ya de por sí empobrecido, que carece de auténticas estructuras de Estado y se muestra incapaz de dar la mínima solución a sus propios problemas. Tras el terremoto, la comunidad internacional se movilizó llevando a Haití ayuda humanitaria y efectivos sanitarios para hacer frente a la emergencia. Sin embargo, un año después del desastre se cuestiona la eficacia de la ayuda, en concreto la creación de grandes hospitales de campaña demasiado costosos en comparación con la necesidad de organizar infraestructuras que integren al propio personal médico de Haití, con el objetivo de establecer un sistema de salud pública estable y coordinado.
