La quiebra del equilibrio entre las dinámicas de crecimiento económico, de empleo y de bienestar social está generando problemas de desigualdad, desempleo, precarización laboral y exclusión social, que están suscitando malestares y desafecciones ciudadanas. Tales climas de opinión, junto a la crisis de demanda que se deriva del aumento de población que ve deteriorada su capacidad adquisitiva, tienden a operar como nuevas fracturas adicionales de la actual crisis.